
Salvo que sea cofundador de una start up tecnológica, es muy probable que tu jefe esté, en el mejor de los casos, inmerso en la asimetría adaptativa de la transformación digital que afecta a todos los empleados de la organización. En el peor estará aún descubriendo algunas virtudes del correo electrónico y del Excel.
Esperar a que el desarrollo de competencias digitales lo impulsen “líderes” reactivos o simplemente acomodados no solo pone en riesgo el crecimiento profesional de sus equipos, sino que que puede convertir su día a día en una trampa de malas prácticas, ineficiencia e infelicidad.
Por contra, una actitud decidida de autoaprendizaje y colaboración por parte de los empleados puede ser un buena vía para enganchar a los jefes a la locomotora de la transformacion y, de paso, para presentarles el portafolio de conocimientos y habilidades que nos dan valor como profesionales.
