Era muy probable que la COVID 19 volviera con fuerza y ya está aquí.
De la primera embestida aprendimos que faltaba material preventivo, que el teletrabajo era posible y que el parón de la economía no es en ningún caso sostenible.
Tengo la impresión de que las medidas que se están preparando para la segunda ola (y las que puedan venir) no van mucho más allá de los recursos de corto plazo: abastecerse de material preventivo en abundancia, proveer de ordenadores a empleados y a alumnos y preparar la cartera del Estado para mantener ERTES y subsidiar a la economía. Como si el contexto socioeconómico global tan solo estuviera condicionado por la COVID 19 y no por una transformación tan vertiginosa como imparable del mundo. A saber:
- EMPRESAS.- No importa ni el tamaño ni el sector. La evolución es constante y abrumadora, tanto desde el punto de vista de los clientes y de los equipos de trabajo como de la normativa. La diferencia entre adaptarse al cambio (y a las circunstancias) o renquear es decisiva para la subsistencia.
- EMPLEADOS/AS.- Las competencias digitales son necesarias para desenvolvernos de manera fluida y segura en cualquier entorno laboral, tanto en presencia como en remoto; tanto si hay pandemia como si no. Y no hablamos solo de tecnología…
- PROFESORES/AS.- Hago un aparte con este colectivo profesional. El mundo de la docencia ha cambiado. Asumámoslo y aprovechemos la potencia de lo nuevo. Profundicemos, planifiquemos y capacitemos a la sociedad para desenvolverse digitalmente, cuando toque ser digital, y para comportarse humanamente siempre.
- CIUDADANOS/AS.- Nuestra forma de vivir y de comunicarnos con el mundo ha cambiado en los últimos 10 años. Y seguirá haciéndolo… La alfabetización de la sociedad también está íntimamente ligada a las competencias digitales, que no son otra cosa que las habilidades para sacar todo el partido, de forma segura e inteligente, a las oportunidades que la tecnología y el progreso ponen a nuestro alcance.
- ADMINISTRACIONES PUBLICAS.- Su responsabilidad es que el conocimiento digital básico llegue simétricamente a toda la ciudanía. El beneficio: la alfabetización y el desarrollo de la sociedad en su conjunto y no solamente de unos colectivos determinados.
La COVID 19 pasará y el mundo seguirá en plena ebullición. Si la situación que se nos avecina la gestionamos como otro “marrón” temporal – solventado solo a base de gastar y gastar -, la “repandemia”, además de un nuevo drama, habrá sido una oportunidad desperdiciada (otra, la segunda).
"Cuando el sabio señala la luna, el necio mira al dedo"
Confucio